Seguimos contando acerca de prácticas de la agriculrura tradicional (pesticidas, fungicidas, entre otros), que ponen en riesgo el ecosistema natural; en éste caso el Iprodina, un fungicida para los almendros muy dañino para las abejas.
Éste tipo de cosas no suceden en la agricultura orgánica, es decir con la que se producen los alimentos orgánicos. Dado que los controles de hongos y la sanidad de las plantas se hace de manera orgánica. Con preparados de la misma naturaleza, sin elementos tóxicos.
Según unas recientes pruebas de laboratorio llevadas a cabo por la Universidad de Texas A&M, la iprodiona, un fungicida utilizado para combatir los hongos en los almendros, disminuye de forma significativa la tasa de supervivencia de la abeja europea, Apis mellifera, la especie de abeja más común del mundo. Esto pone a los productores de almendras en una situación difícil, puesto que las abejas son el principal polinizador del almendro.
«Nuestros resultados pueden ayudar a iniciar debates sobre la alteración de los regímenes de aplicación o, tal vez, encontrar diferentes formas de aplicar productos químicos de forma que se tenga en cuenta la biología y el comportamiento de los polinizadores», añade Adrian Fisher II, estudiante de doctorado del laboratorio de Rangel.Fuente: upi.com